Tratar de separar a un hombre escurridizo de su madre lo único que producirá son desastres relacionales. Para los hombres que han crecido siendo parte de una relación fusionada con sus madres, será mucho más fácil concluir la relación romántica que cambiar la manera como ellos se relacionan con sus madres. (C.1, 11).

Aunque está determinado que el establecimiento de límites claros es una acción necesaria y saludable, los hombres escurridizos tenderán a ser saboteados por las ambivalencias que definen el síndrome.

Existe la posibilidad de que la madre fusionada logre aceptar la necesidad de separación entre ella y su hijo como algo natural, sin nunca llegar a entenderla como algo necesario.

Una relación maternofilial fusionada, se distingue por la sobre-inversión de estima por parte del hijo en el significado, contenido y propósito de la relación existente entre él y su madre.

Al no estar del todo consciente de las deficiencias relacionales con las que creció, el hombre escurridizo tenderá a preferir ser parte de relaciones que se distinguen por ser relaciones aglutinadas.

Los límites y las fronteras claras, permiten que las personas involucradas en la relación, puedan llegar a preservar su sentido de “ser”, mientras se conectan, emocionalmente hablando, con las demás personas.

En una relación saludable, ambos miembros de la pareja están listos para concluir la relación, de ser así necesario.

Si la otra persona contara con niveles de diferenciación más elevados que él, el hombre escurridizo tenderá a reaccionar sintiéndose acorralado por un tipo de confusión que parecerá ser más existencial que relacional.